EUSKAL HERRIA NAFARROA DA

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viernes, 5 de septiembre de 2014

Historia del MLNV: El movimiento autónomo [libro]

Historia del MLNV: El movimiento autónomo [libro]


La autonomía obrera surgió en Euskal Herria en la década de los 60 y estuvo fuertemente interrelacionada con el  movimiento asambleario. Los hechos del 3 de marzo de 1976 en Gasteiz  fueron el pistoletazo de salida para la creación de comandos surgidos de este movimiento: Grupo autónomo Txikia, Comandos autónomos 27 de septiembre, Comandos autónomos independentistas Herri Armatua (…). Numerosos taldes empezaron a surgir en las zonas de mayor densidad obrera de Euskal Herria. Serían conocidos comúnmente como CAA, comandos autonomos anticapitalistas.
El movimiento autónomo resume así el origen de los CAA:
«En 1975 nace la coordinadora KAS, con la participación de ETA (pm) y el apoyo de ETA (m), llegando el citado organismo a una presentación tactual en las elecciones de junio de 1977 (participaría EIA- Euskadiko Ezkerra, mientras que otros se mantuvieron expectantes). El análisis y las actitudes políticas frente a aquella situación, provocó una escisión en el partido leninista clásico (LAIA bai), y los que terminaron participando de un movimiento popular difuso y amplio, de raíz asamblearia (LAIA ez). En estas fechas, la organización con la máxima influencia ETA (pm), se desdobla en un partido político, EIA, y una organización armada que seguiría un progresivo proceso de auto-liquidación. Se produce la escisión entre «Bereziak», que se fusionan con ETA (m) entonces escasamente desarrollada. Esta última, sostenía la necesidad de desarrollar una estrategia militar, embrión del futuro Ejército Popular Vasco.
Un nutrido grupo de militantes de ETA pm y organizaciones de su órbita, disconformes con el proceso, inician el desarrollo de estructuras políticas con posible actividad armada, confluyendo con los sectores negadores del leninismo de LAIA bai y del pactismo del KAS. En esta convergencia participan también movimientos relacionados con importantes áreas autónomas de
lucha como el denominado Batzarre y grupos provenientes de zonas de gran tradición obrera, evolucionados del anarquismo clásico. El valle del Urola, el alto Deba, Gasteiz, la comarca de Pasajes-Rentería, las macrozonas industriales de Iruña o del abra bilbaína, se convirtieron y no por casualidad, en los principales focos de consolidación de los «taldes» vinculados a luchas de carácter auto-organizativo, donde la lucha armada fue sometida a profundo debate, configurándose lo que vendría a conocerse como «comandos autónomos».
Paradójicamente por esas fechas el potencial asambleario, el contra poder-popular y los ejes fundamentales de este movimiento empezaban a decaer poco a poco en el movimiento popular y resistente. Decir que  CAA es el único fenómeno de la autonomía sería tanto como afirmar que ETA es el único fenómeno del independentismo de izquierdas. Sin embargo conocer la historia de CAA es del todo fundamental para conocer la trayectoria de este movimiento en Euskal Herria. El final trágico de los CAA, su concepción de la politica y  las relaciones con la izquierda abertzale son elementos históricos que llaman a la reflexión.
A principios de los 90 y coincidiendo con el proceso Urrats Berri de Herri Batasuna, Emilio López Adán”Beltza” lanzo el guante:
“L*s autonom*s han seguido adelante. (..) En las luchas de siempre, solo que ahora como buenamente se puede. Dispuest*s a empuñar las viejas armas si es que -creoó alguna vez se repite la ocasión, si alguna vez el pueblo quiere levantarse. Las relaciones conflictivas con el MLNV han continuado. Alguno se ha sentido abandonado y marginado en cárceles y pueblos; otros, en cambio, se han integrado a tope en colectivos del MLNV. En mi opinión, os encontrareis ante luchador*s valientes y sincer*s. Si algun día hay revolución, si la hacemos, vendrá por el camino que ell*s defendieron. Perdieron su apuesta sobre la reforma, pero ello no quiere decir que sus valores no fuesen adecuados. La victoria poco tiene que ver con la justicia. Pero siguen con hambre de justicia y eso les da pie para seguir. Y siendo todo esto así, porque eran luchador*s sincer*s, porque anhelamos justicia, ahora, finalizando esta introducción, deseo decir algo, muy personal, que no debe comprometer al editor de este libro: hay que limpiar toda la mierda que ha caído sobre ell*s. No puedo pedir a políticos y medios de comunicación constitucionales que corrijan toda la porquería. Esta queda atrás, y punto. Pero si que lo hago con HB: son tiempos de apertura y del proceso Urrats Berri. Bien harían, pienso, si aprovechasen la oportunidad para corregir la actitud de ensuciar la Autonomía y que reconozcan que fueron luchador*s por la libertad de este pueblo. Con todo el respeto que algo así merece. Por encima de desacuerdos políticos, por honradez y por amistad entre revolucionari*s.”
Este libro no es una lectura facil para el independentista de izquierdas del 2011. Para unos pocos una historia pasada y olvidada. Otros apenas conocerán la propia existencia de este movimiento. Aun así, a nivel general con el paso de los años ha habido un reconocimiento progresivo hacia la labor del movimiento autonomo, reconocimiento a sus gudaris caidos  y sus represaliados como parte intrinseca de la resistencia vasca, como otra parte del MLNV aunque enfrentada ideológicamente al grueso clásico.
El legado de la autonomía en la Euskal Herria actual está muy presente. El movimiento asambleario juvenil con sus gazte asanbladas y gaztetxes tiene una impronta autónoma indiscutible, las radios libres, ciertas formas y metodologóas del movimiento social, las características de lo que ha sido  la kale borroka y como no, la propia izquierda abertzale.
En este libro se leerán cosas duras, críticas afiladas, desencuentros importantes entre hermanxs de lucha. Quien tuvo razón en sus planteamientos poco importa ya, ya que la propia historia ha demostrado que tanto unos como otros tenían su parte de verdad.
Alguien podrá decir que leer este libro para conocer la historia reciente de Euskal Herria escrita por sus protagonistas está bien a modo académico, pero sus debates  y esa coyuntura política es agua pasada.  Discrepo. El proceso de liberación nacional y social vasco no tiene etapas estancas entre sí. Estudiando el pasado entenderemos mejor el presente, y un buen análisis del presente nos coloca en una mejor posición de futuro.

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