EUSKAL HERRIA NAFARROA DA

EUSKAL HERRIA NAFARROA DA

sábado, 30 de agosto de 2014

NAFARROA BIZIRIK TUTERA 1512-2012 NABARRA ESTADO EUROPEO NABARRA VIVE!!!





Kantujira en Tutera-Tudela, recordando la Conquista de Navarra, y recordando que NABARRA FUE UN ESTADO SOBERANO. Acto en Tudela el 9 de septiembre, organizado por Amaiur Nafarroa Bizirik

IBAÑETA 778





El 15 de agosto recordaremos en Orreaga-Roncesvalles tres hechos importantes que acontecieron en Nabarra. En 778 fue derrotado el todopoderoso ejercito Franco de Carlomagno, cuando de vuelta de Zaragoza donde no habia podido entrar en su condicion de conquistar todas las tierras del norte del Ebro, el ejercito franco arraso pueblos y comarcas asesinando gentes y robando lo que encontro a su paso hasta llegar a Iruña-Pamplona y destruir sus murallas. Despues siguio el camino habitual para atravesar los pirineos ascendiendo por Ibañeta, lo que coincide con el tramo de la calzada romana de seis metros de anchura que corta por la ladera del Txangoa a lo largo de tres kilometros. La mecanica de la batalla se desarrollaria con rapidez, asi, mientras se produce el reagrupamiento del ejercito vascon en el Txangoa, permiten pasar la mitad de la armada franca, dejandose a continuacion caer desplegados ladera abajo por la vertiente sobre la calzada, en donde circulaba la retaguardia franca, formada por varios miles de soldados que, abatidos con gran fuerza, corren a refugiarse ladera abajo, fuera de la misma donde son rematados por el resto del ejercito vascon que alli esperaba amboscado, muriendo Roldan, sobrino de Carlomagno. Entre lo años 810-812, llego a vivir en Iruña-Pamplona Luis "el piadoso" hijo de Carlomagno. En 812 "el hijo de Carlomagno secuestro mujeres y niños de la zona, para utilizarlos como escudos a la hora de atravesar Ibañeta". La lucha contra los francos continuaba hasta, que el el año 824 es proclamado rey de los vascos, Eneko Aritza, donde se hacia el rito de "alzar al rey". En consecuencia con este alzamiento, nace el Reino de Pamplona, que luego paso a ser el Reino de Nabarra. Gracias a lo ocurrido en esas y otras fechas claves, se consolida el Estado Nabarro, independiente hasta 1620. Pero la independencia nos la han ido robando desde 1200, 1453, 1512, 1620, con la Continua e irracional conquista, permanente y que no cesa, padeciendo subordinacion, division, negacion, y dominacion. Por eso es tan importante recordar que el 15 de agosto, es el dia por autonomasia de la independencia, de la libertad de la patria o nacion, o sencillamente,Nabarra.

AQUI ESTAMOS LOS LEALES ESPERANDO SIEMPRE FIELES TU SEÑAL!!! ORREAGA 2014 NAFARROA SIETE BALAS



Dicen que ENTRE los castillos valles bosques y montañas
vagan almas de soldados que MURIERON por Nabarra,
hombres vuelven a caballo desde el mundo de los muertos
portando el estandarte, que cayo frente a sus cuerpos.
Cuatro luchas su pasado, cuatro luchas su destino
recuperar nuestra tierra y aplastar al enemigo
regionalistas traidores, rodaran hacia el olvido
aqui estamos los leales esperando siempre fieles
tu señal.
El viento barre la nieve, y se lleva nuestras huellas
como barrera ESTA NOCHE , la luz de la luna llena
ellos miran tras la niebla, nos susurran y rodean
nos ven cruzar la ventisca, caminar en la tormenta.
Dicen que entre los castillos valles bosques y montañas
vagan almas de soldados que murieron por Nabarra,
hombres vuelven a caballo desde el mundo de los muertos
portando el estandarte, que cayo frente a sus cuerpos.
Cuatro luchas su pasado, cuatro luchas su destino
recuperar nuestra tierra y aplastar al enemigo
regionalistas traidores, rodaran hacia el olvido
aqui estamos los leales esperando siempre fieles
tu señal.



AQUI ESTAMOS LOS LEALES ESPERANDO SIEMPRE FIELES TU SEÑAL!!!


Nafarroa siete balas.


HIMNO DE NABARRA - NAFARROAKO ERESERKIA





Recuperemos y utilizemos nuestros simbolos nacionales de Nabarra, la Navarra entera, para reivindicar la soberania que nos pertenece !!!


Berreskuratu eta erabili ditzangun gure Nabarrako sinbolo nazionalak dagokigun burujabetza aldarrikatzeko !!!

Nabarra desde el aire. AURRERA NAFARROA OSOA GURE ESTATUA!!

Españako demokrazia ustela.Katalunia (1) Democracia a la española ESPAÑA VS CATALUNYA

LA ESPAÑA NAZIONAL CATOLICISTA Españako demokrazia ustela El Movimiento NAZIonal (10) Ondorengotza Legea

LA DEMOCRACIA DEL REINO DE ESPAÑA VS REPUBLICA DE FRANCIA Españako demokrazia ustela. Isolamendua (6)





Españako demokrazia ustelaren oinarriak, egungo sistemaren oinarriak, frankismoan daude. 1948an Blokeen politika indarrean jartzea, Francoren erregimenaren mesederako izan zen. Komunismoaren aurkari sutsua zenez, bloke kapitalistak ateak ireki zizkion, Frantziarekiko harremanaren berrabiatzea 

LA DEMOCRACIA DEL REINO DE ESPAÑA Españako demokrazia ustela. Isolamendua (6)





Españako demokrazia ustelaren oinarriak, egungo sistemaren oinarriak, frankismoan daude. 1948an Blokeen politika indarrean jartzea, Francoren erregimenaren mesederako izan zen. Komunismoaren aurkari sutsua zenez, bloke kapitalistak ateak ireki zizkion, Frantziarekiko harremanaren berrabiatzea 

ESKUNABARRAK GARA Els independentistes Navarresos amb Catalunya.NABARRA AURRERA

Españako demokrazia ustela. BORBÓN y cuenta nueva. Borboiak 3





Españako demokrazia ustelaren oinarriak, egungo sistemaren oinarriak, frankismoan daude. 1948an Francok Juan Carlos printzearen hezkuntza bere gain hartu zuen. Gaur egun, erregea izateari utzi dio bere seme Felipe printzearen mesedetan.

SAKONTZEN 01 "Azterketa gaia Rajoyren jarrera"





Bideo berri bati hasiera eman diot, Mariano Rajoy Espainiako Presidenteak Euskal Herriaren auzia konponbidean jarri ez dadin hartu duen jarreraren azterketarekin. Sakontzen saiatzen garen arren, ez azterketa sakonegirik espero, azterketa mota hori, ikusle, zure esku izango baita.

sábado, 23 de agosto de 2014

Oreoak - Bizardunak

Nafarroa! bizardunak!!

Tortura Euskal Herrian - Tortura en el País Vasco Nabarra Nafarroa





Dokumental honek Euskal Herrian ematen diren tortura kasuak ditu aztergai. 2008ko uztailean burutu zen polizia operazio batetik abiatzen da horretarako.

Torturaren Aurkako Taldeak egindako dokumentala. 
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Documental realizado por el organismo contra la tortura en el Pais Vasco "Torturaren Aurkako Taldea" 

http://www.stoptortura.com

2010eko abenduaren 6ko salaketa ekimenak.mov

1512, 1937, 2012... una reflexión hacia la independencia de Euskal Herria(NABARRA/NAFARROA)





Una presentación de la charla de Floren Aoiz, de la Red Independentistak, sobre los aniversarios de la conquista de Navarra de 1512 y el bombardeo de Gernika en 1512, la situación actual en Euskal Herria y el futuro del país, con la mirada puesta en la independencia.

lunes, 11 de agosto de 2014

EL EUSKERA Y EL REINO DE NABARRA

“Nafarroak orduantxe galdu du bere independentzia eta beraz, euskarak galdu ditu bere erregeak, euskarari lagundu ahal izango lioketenak. Beraz, euskara gelditu da modernitatearen hasieran bere alboko hizkuntzek dauzkaten laguntzak gabe”. Joxe Azurmendi (Ur, Su, Lur. Dokumentala.1999).
Los nombres de los primeros reyes nabarros no dejan lugar a dudas sobre su origen baskón. Desde Eneko Aritza a su hermano Garçea Ximeno o su hijo Garçea (“el joven”) Eneko, aunque romanzados o latinizados como “Iñigo” y “García” en algunos documentos. Así lo explica también Tomás Urzainqui en su libro “Navarra Estado europeo”: “Los reyes de Pamplona y sus familias como se puede comprobar en el Códice de Roda del año 992, escrito en su palacio, se denominaban con nombres en euskara, lo que significa que ésta era la lengua cotidiana y palacieaga”

Pero la importancia de los reyes de Nabarra sobre el euskera no está en tener un origen baskón, sino en crear el paraguas político que explica la subsistencia del idioma baskón hasta el presente. Dos personas grandes conocedoras del tema como eran Antonio Tovar y Koldo Mitxelena, en una ponencia de 1968 lo tenían claro: “La lengua vasca se conservó probablemente porque los vascos como los cántabros se rebelaron contra los invasores y no llegaron a ser incorporados a los reinos francos y visigodos”.

El paraguas político vital para su subsistencia y desarrollo social que dio el reino de Nabarra al euskera es una cuestión en la que coinciden todos los historiadores. Por ejemplo Arturo Campión (s. XIX) en su libro “Nabarra en su vida histórica” sobre Sancho III el Mayor (1005-1035) sentenciaba: “Es de alabar que el rey mantuviese la cohesión, del elemento euskariano, poniéndolo debajo de un mismo cetro”. El medievalista bizkaino Anacleto Ortueta (siglo XX) sobre este gran rey europeo dijo: “Sancho III el Mayor eligió sabiamente las fronteras del Estado Vasco, pues los límites que dio a Navarra fueron los geográficos naturales. Es el genio tutelar de la nacionalidad vasca. Gracias a él vivimos como pueblo”.

No es un pensamiento exclusivo de los historiadores nabarros. El historiador español más influyente del siglo XX, Menéndez Pidal, era de la misma opinión: “(Sancho el Mayor) quiso unificar un gran reino navarro, predominantemente vascón por su lengua” y escribió en "España y su Historia" sobre el mismo rey: “reparte sus estados entre sus cuatro hijos, apareciendo como uno de los más audaces estadistas estructuradores de fronteras y de pueblos, dejando al primogénito García (Gartzea) el solar de la dinastía, el antiguo reino de Navarra, homogéneamente vascón por su lengua”.

En otro documento de unos pocos años después y reinando el nieto de Sancho III, aparece la situación del euskera como lengua de la Corte Real Nabarra, se trata de una donación de 1060 que, según Mateo de Anguiano en "Compendio historial", demuestra que "los reyes de Navarra de aquel tiempo utilizaban el euskara como lengua personal y natural".

El rey Sancho VI el Sabio (1150-1194) dará un gran giro a la política nabarra en todos los ámbitos. Es con este rey cuando el euskera aparece denominado como “lengua nabarra”. Se trata de un documento del año 1167 entre el obispo de Pamplona y el conde Bela, los cuales dejan escrito que el euskara (al que llaman “lingua navarrorum”) es el idioma nacional de los nabarros, es decir, del Reino de Nabarra. Pactaban sobre la hacienda de Arimeria perteneciente al Santuario en honor a San Miguel de Excelsis de Aralar, cuya vaquería se comprometía el conde de Alaba Bela a cuidar gratuitamente, firmando como se recoge en el archivo de Santa María de Pamplona:

“Erit autem talis differncia inter Orti Lehoarriz et Açeari Umea et successores eorum, quod Orti Lehoarriz faciet tu lingua Navarrorum dicatur unamaizter et Açceari Umea faciet buruçzagui, quem voluerit” . Traduce el analista José Moret (s. XVII): “Y será con esta diferencia entre Orti Lehoarriz y Aznar Umea, que Orti ponga, como se dice en la lengua de los navarros, un Maizter (Mayoral de Pastores en euskara) y Aznar Umea un Buruzagi (Mayoral de peones) a quien quisiere”. Por tanto hablar en nabarro era hablar en euskara.

Con Sancho VI el Sabio, el reino pasó a llamarse “reino de Nabarra” frente a “reino de Pamplona” anterior. “Nabarro” pasó de ser equivalente a “euskaldun” a ser la denominación nacional. Desde época franca se llamaba nabarros a los naturales del Reino de Pamplona (s. VIII), pero sólo a los que hablaban euskara (casi todos, no así en los de territorios baskones recuperados a los musulmanes), para, finalmente, con Sancho “el Sabio” llamar a todo el territorio Nabarra y nabarros a todos sus habitantes (sepan o no euskara), tal y como recogen grandes historiadores como Jimeno Jurio, Yaguas y Miranda o Ricardo Cierbide.

Poco después, en otro documento, se puede observar que el euskera o la “lingua navarrorum” no es sólo el idioma del pueblo, sino también el idioma de comunicación de su élite de gobernantes e incluso elevado a nivel internacional. En el laudo arbitral firmado en Londres y llamado “Division of Kingdons of Navarre and Spain” de 1177 entre el rey de Castilla Alfonso VIII y Sancho VI “el Sabio”, se dice, tal y como recoge Tomás Urzainqui en su libro “La Navarra Martítima”, que: “La lengua de la delegación nabarra es el euskara”. Al laudo de 1177 acudieron por Navarra Pedro de Artajona Obispo de Pamplona, 3 tenentes y 3 juristas, por tanto, de los más altos cargos del reino.

El historiador del rey de Castilla Alfonso VIII, Rodrigo Ximenez de Rada natural de Gares-Puente La Reina (finales del s. XII- principios del XIII), nos habla del vigor de la lengua nabarra: “También en la Navarra, llamada de otra manera cántabra, que comúnmente dezimos bascongada, la cual era su natural y materna lengua”.

La llegada al trono de Nabarra de reyes gascones y franceses (del siglo XIII en adelante), no parece que afectó al idioma nabarro en su uso social como veremos. Se podría pensar, sin embargo, que fue insuficiente su implantación como idioma administrativo cuando el latín va dejando paso a los idiomas romances, pero esto no parece atenerse a los hechos reales. Así, la utilización administrativa del euskera en el plano público se ve claramente en el Fuero General (equivalente a una Constitución moderna), vigente desde el siglo XIII, donde las diferentes pechas o impuestos tienen nombres en euskera que nos indican que el uso de esta lengua era la empleada en su recaudación por los funcionarios públicos del reino .

Es más, tal y como señala Tomás Urzainqui en su libro “Navarra, Estado europeo”: “El euskera lo hablaba como lengua principal la clase dirigente y no sólo la generalidad del pueblo, los altos cargos de la administración, los miembros del Consejo Real, de los Tribunales de Justicia, la Corte Mayor y audiencias reales, los vocales de la Cámara de Comptos, los escribanos reales o notarios”. Sigue en el citado libro Tomás Urzainqui: “Las cartas particulares que se cruzaron Zalba ya San Martín (en euskera), dos altos cargos en el gobierno del rey Carlos III El Noble, a principios del siglo XV, demuestra cual era la lengua empleada por la clase gobernante en el reino de Navarra, aunque los documentos oficiales o públicos estuvieran redactados en latín o lenguas romances”. Martín de San Martín era maestro de fianzas y secretario del rey, probablemente de la zona media. Matxin de Zalba era tesorero de la reina y secretario real, natural de Pamplona.

Desde el Imperio Romano se produjo una fuerte implantación como lengua escrita del latín en todo acto oficial, tanto en la administración como en la religión. Tras la caída del Imperio Romano Occidental se impuso en toda Europa la transmisión del latín como lengua de una elite frente al iletrado pueblo que no lo entendía. Pero en la Edad Media los romances euskaros, como lo eran el romance nabarro o el gascón-bearnés, fueron sustituyendo al latín en la administración dentro de nuestro reino. El euskera tuvo dificultades con la grafía al ser una lengua no latina -ni siquiera indoeuropea, siendo la única lengua nativa europea conservada-, pero no es una cuestión de relevancia, pues desde el siglo XVI es una lengua literaria, lo cual encaja con la cronología de los demás idiomas europeos no romances en esta cuestión.

La imprenta -empleada por primera vez en 1455 por Gutemberg-, llegó al País Vasco en 1489, pero hasta 1495 no se imprimió el primer libro en Pamplona cuando aún era libre. Su introducción y uso fue muy paulatino. En España, por ejemplo, la primera obra impresa fue "Sinodal de Aguilafuente" de 48 hojas del alemán Juan Párix de Heidelberg en 1472 en Segovia y el primer libro impreso en inglés fue “Recuyell of the Historyes of Troye”, elaborado en 1475.

Hasta entonces, casi todos los libros se publicaban en latín, después, gracias a la imprenta y el abaratamiento de costes que supuso (aunque en los primeros siglos seguían siendo muy caros), se pudo sacar la literatura de debajo de las sotanas. Pero todavía, por ejemplo, los filósofos Spinoza (Holanda 1632-77), Leibniz (Alemania 1646-76) o Hobbes (Inglaterra 1588-1679) y matemáticos y científicos como Copérnico (Polonia 1473-1543), Kepler (Alemania 1571-1630), Linneo (Suecia 1707-1778) o Newton (Inglaterra 1647-1727), escribieron sus obras en latín, pues consideraban sus lenguas vernáculas de plebeyos, irreductibles a las reglas gramaticales e inútiles para las ciencias. Así Inglaterra, por ejemplo, dejó de usar en sus tribunales el francés en 1362 por el inglés -durante la Guerra de los 100 años contra Francia-, hablado hasta entonces por el pueblo y menospreciado por su clase dirigente (cosa que no ocurrió en el reino de Nabarra).

Por tanto, la imprenta, la apertura de ideas del renacimiento y sobre todo la aparición del protestantismo que quería acercar la Biblia al Pueblo, hicieron que se empezara a escribir libros –sobre todo religiosos- en los idiomas no romances de los Pueblos con Estado propio, como era el caso euskera en la parte libre de su territorio, lo que se extendió después al resto de culturas minorizadas de la mano de la Contrarreforma de la Iglesia Católica (reacción tardía contra el protestantismo), como era el caso del euskera en la parte ocupada de la Nabarra peninsular.

El primer rey que tuvo Baja Navarra tras la invasión de todo su territorio peninsular fue el Albret o Labrit Enrique II “el sangüesino”, llamado así por haber nacido en esta villa: “Los Albret, señalaron que el primogénito sería criado en el idioma del reino de Navarra en la lengua de aquel (en euskera)”, Peio Esarte, historiador.

No es baladí observar que los primeros libros escritos en euskera sean dentro del reino de Nabarra que seguía libre en Baja Navarra y el Beárn, es decir, el Estado vasco o baskón amparó el nacimiento de la literatura vasca. Un bajo nabarro libre, el cura Bernard Etxepare escribió "Linguae vasconum primitiae", primer libro escrito en euskera, que vio la luz en 1545 y que contó con la ayuda financiera del rey de Nabarra Enrique II “el sangüesino”. Los primeros libros impresos en ruso e irlandés datan de 1564 y en eslavo de 1587. En albanés en 1555.

En 1571 el cura labortano de Beraskoitz Joanes Leizarraga por mandato de la reina nabarra Juana III de Albert (hija de Enrique II y Margarita de Valois o “de Nabarra”), tradujo el Nuevo Testamento al euskera. Tampoco es baladí constatar que reina y cura eran protestantes (calvinistas hugonotes tras abjurar de la religión católica en 1559). La primera Biblia y libro en alemán, por ejemplo, es del año 1522 traducida del griego por Lutero, en realidad, como en el caso de Leizarraga, sólo tradujo el Nuevo Testamento. La primera Biblia al francés la mandó publicar pocos años antes Margarita de Valois hermana del rey de Francia Francisco I y reina de Nabarra al estar casada con Enrique II “el sangüesino”. Lo hizo desde su Corte en Nerán, cuna del renacimiento junto a Florencia según comentaba incluso el escritor William Shakespeare. Margarita “de Nabarra” fue la primera mujer renacentista.

El historiador por Cambridge y Oxford y gran conocedor de la época Jon Oria Oses (Lizarra-Estella 1931) comenta al respecto: “La obra de Detxepare prueba que el euskara, y no el francés o el español, era la lingua navarrorum para la corte humanística de Nerac (capital de Albret a donde habían tenido que huir los reyes de Nabarra tras la invasión de 1512, ciudad cortesana compartida con Pau en el Beárn), lo cual se corroborará de nuevo con la primera traducción a la lengua vernácula del Nuevo Testamento por Joanes Leizarraga durante el reinado de la hija de Margarita, Juana de Labrit.
Debe reconocerse que la impulsora del movimiento vasco dentro del Reino de Navarra fue Margarita, al atraer a multitud de humanistas a su Corte, ya que el movimiento renacentista no sólo promovió el retorno a las fuentes clásicas del arte y de la literatura europea, Grecia y Roma, sino también el desarrollo de las lenguas indígenas para expresarse creativamente; en nuestro caso fue el euskara, aunque se nos hayan perdido la mayoría de los manuscritos y textos”.

Aunque reducido al principio al campo religioso, la escuela de Sara (Lapurdi) supuso el primer movimiento literario importante y vital para el euskera en pleno siglo XVII. Los curas de Sara, Donibane Lohitzune (San Juan de Luz) y Ziburu, bajo el amparo que les daba el rey Enrique III “el bearnés” (nieto de Enrique II e hijo de Juana II), rey de Nabarra y después también Francia (donde era llamando “el nabarro”), se juntaban en un convento franciscano para criticarse mutuamente los trabajos que escribían antes de publicarlos, formando un círculo de autores que trabajó en estrecha colaboración. En torno a esta escuela, se agruparon hombres tan capaces como Pedro Agerre Azpilikueta “Axular”, autor de la obra cumbre en euskera “Gero” (1643), que tuvo que conseguir el permiso explícito de ejercer la labor sacerdotal de Enrique III de Nabarra por quedar su pueblo Urdax en la parte invadida por España en 1512, con el argumento por parte del rey de que el reducido reino era de todos los nabarros.

Etienne Materre, franciscano, francés y euskaldun-berri, escribió “Doctrina Cristiana” en 1617, primer libro en prosa en euskera y coincidiendo casi con la ocupación militar francesa de Luis XIII de las “Cortes” nabarras de Donapaleu y las bearnesas de Pau, que las integró por la fuerza en Francia, y que cortó de raíz y en breve plazo el euskera literario. Por tanto, la pérdida definitiva del reino de Nabarra provocó un parón de siglos en la publicación de libros en euskera, los cuales se pueden contar con los dedos de las manos frente al gran número y materias iniciales que abarcaron hasta libros científicos hoy perdidos (como el escrito por el zuberotarra Jackes Bela), lo que alejará al idioma nabarro del mundo literario y científico. Es más, durante la Revolución Francesa (1789), los 90 libros escritos hasta entonces en euskera fueron quemados y muchos no han podido ser recuperados.

Antes de la conquista del reino de Nabarra, la situación del euskera poco tenía que ver con la posterior omisión permanente o incluso desprecio de las clases dirigentes llegadas con el duque de Alba (hasta el presente) y sobre todo el constante ataque hacia la “lingua navarrorum”, sirva como resumen este entresacado al respecto de las zonas bilingües del reino nabarro del libro “El euskera en Navarra” del gran historiador de Artajona Jimeno Jurio: “Podemos afirmar que la Ribera de Alta Navarra, de Alaba y de Aragón limítrofe a éstas, pasaron por ciclos proto-vasco, vasco-céltico, vasco-latino, vasco-árabe y vasco-románico desde los siglos IX-X hasta nuestros días (los godos apenas tuvieron repercusión en el complejo idiomático de la comarca). En este último ciclo, el vasco-románico, también hay que hacer dos distinciones: un primer ciclo vasco-romance medieval marcado por el respecto y el mestizaje vasco romance navarro con mozárabe, y un segundo ciclo a partir del siglo XVI con la pérdida del reino navarro, donde el euskera, el idioma propiamente navarro, es menospreciado y apartado de la vida social por el idioma de conquistador: el castellano.”

La opinión de Julio Caro Baroja acerca de la frontera de los territorios de habla euskérica en la Edad Media es que es la misma que en el año 1587, siglo XVI en el que fue totalmente invadido el reino baskón de Nabarra en su territorio peninsular y donde comienza un nuevo retroceso del euskera. El historiador ronkalés Estornés Lasa en su libro “Lo que No nos enseñaron”, señalaba cómo en ese año 1587, según un documento de la Diócesis de Pamplona que se conserva en el Seminario de Vitoria y hecho público por Manuel Lekuona, que los pueblos que vivían en euskera en Alta Navarra eran 451 frente a los 58 romanzados. De éstos, la mayoría cuando no todos, en realidad eran bilingües. Así, el vicario de Sangüesa y Lumbier, el licenciado Lubián en el siglo XVI escribía significativamente: “no hay ningún lugar ni Ciudad nin villa en este Reyno en que no haya baskongados (en su significado histórico de vasco-parlantes o euskaldunes)”, incluido el Sur. El gipuzkoano e historiador del rey español Felipe II, el mondragonés Esteban de Garibay (s. XVII), llamó al euskera lengua navarra.

Es revelador de la presencia del euskara en el sur del reino de Nabarra el texto judicial de un pleito que en 1540 describe el comentario del agricultor Pedro Petillas sobre el veterinario zamorano que trabajaba en la capital Ribera (Tudela): “no se hablar ni entiende vascuence porque es natural castellano (…) por no entender suele buscar un intérprete y que en ello pasa trabajo y que le vendría muy bien saber hablar vascuence para recibir a los que va a su casa”, en ese mismo texto judicial se afirma que el euskara en la Ribera es “la lengua de la tierra”.

El político y ministro del interior del último Gobierno Vasco libre, Telésforo Monzón, sentenciaba: «Resulta ridículo e indignante oír hablar de que Nafarroa... ya vendrá, ya se incorporará, ya se sumará a las instituciones vascongadas. Nafarroa no tiene por qué venir a ninguna parte, ni incorporarse a nada, ni sumarse a nadie. A Nafarroa le corresponde estar y ser (Egon eta Izan). Nafarroa es Nafarroa. Nafarroa comienza en las playas del Cantábrico, que es el mar de Nafarroa. Nuestra lengua es la "Lingua Navarrorum". El arrano beltza da sombra a todos los vascos de la tierra. Iruña es la capital de Euskal Herria entera. Una sola consigna suprema, un solo grito por encima de todos los otros: Gora Nafarroa Batua!».

“La cultura y folklore vascos están también en riesgo de desaparición. Si la región vasca continúa siendo un apéndice de España (Francia), es muy probable que se desvanezca completamente. ¿Cuál es la única fórmula que puede salvarlo? Un Estado vasco, en el que todas sus instituciones de autogobierno – la burocracia, el sistema educativo, los medios de comunicación – sean puestos a su servicio”. Hillel Halkin, THE JERUSALEM POST 10 Feb. 2005

Pero la importancia de los reyes de Nabarra sobre el euskera no está en tener un origen baskón, sino en crear el paraguas político que explica la subsistencia del idioma baskón hasta el presente. Dos personas grandes conocedoras del tema como eran Antonio Tovar y Koldo Mitxelena, en una ponencia de 1968 lo tenían claro: “La lengua vasca se conservó probablemente porque los vascos como los cántabros se rebelaron contra los invasores y no llegaron a ser incorporados a los reinos francos y visigodos”.
El paraguas político vital para su subsistencia y desarrollo social que dio el reino de Nabarra al euskera es una cuestión en la que coinciden todos los historiadores. Por ejemplo Arturo Campión (s. XIX) en su libro “Nabarra en su vida histórica” sobre Sancho III el Mayor (1005-1035) sentenciaba: “Es de alabar que el rey mantuviese la cohesión, del elemento euskariano, poniéndolo debajo de un mismo cetro”. El medievalista bizkaino Anacleto Ortueta (siglo XX) sobre este gran rey europeo dijo: “Sancho III el Mayor eligió sabiamente las fronteras del Estado Vasco, pues los límites que dio a Navarra fueron los geográficos naturales. Es el genio tutelar de la nacionalidad vasca. Gracias a él vivimos como pueblo”.
No es un pensamiento exclusivo de los historiadores nabarros. El historiador español más influyente del siglo XX, Menéndez Pidal, era de la misma opinión: “(Sancho el Mayor) quiso unificar un gran reino navarro, predominantemente vascón por su lengua” y escribió en "España y su Historia" sobre el mismo rey: “reparte sus estados entre sus cuatro hijos, apareciendo como uno de los más audaces estadistas estructuradores de fronteras y de pueblos, dejando al primogénito García (Gartzea) el solar de la dinastía, el antiguo reino de Navarra, homogéneamente vascón por su lengua”.
En otro documento de unos pocos años después y reinando el nieto de Sancho III, aparece la situación del euskera como lengua de la Corte Real Nabarra, se trata de una donación de 1060 que, según Mateo de Anguiano en "Compendio historial", demuestra que "los reyes de Navarra de aquel tiempo utilizaban el euskara como lengua personal y natural".
El rey Sancho VI el Sabio (1150-1194) dará un gran giro a la política nabarra en todos los ámbitos. Es con este rey cuando el euskera aparece denominado como “lengua nabarra”. Se trata de un documento del año 1167 entre el obispo de Pamplona y el conde Bela, los cuales dejan escrito que el euskara (al que llaman “lingua navarrorum”) es el idioma nacional de los nabarros, es decir, del Reino de Nabarra. Pactaban sobre la hacienda de Arimeria perteneciente al Santuario en honor a San Miguel de Excelsis de Aralar, cuya vaquería se comprometía el conde de Alaba Bela a cuidar gratuitamente, firmando como se recoge en el archivo de Santa María de Pamplona:
“Erit autem talis differncia inter Orti Lehoarriz et Açeari Umea et successores eorum, quod Orti Lehoarriz faciet tu lingua Navarrorum dicatur unamaizter et Açceari Umea faciet buruçzagui, quem voluerit” . Traduce el analista José Moret (s. XVII): “Y será con esta diferencia entre Orti Lehoarriz y Aznar Umea, que Orti ponga, como se dice en la lengua de los navarros, un Maizter (Mayoral de Pastores en euskara) y Aznar Umea un Buruzagi (Mayoral de peones) a quien quisiere”. Por tanto hablar en nabarro era hablar en euskara.
Con Sancho VI el Sabio, el reino pasó a llamarse “reino de Nabarra” frente a “reino de Pamplona” anterior. “Nabarro” pasó de ser equivalente a “euskaldun” a ser la denominación nacional. Desde época franca se llamaba nabarros a los naturales del Reino de Pamplona (s. VIII), pero sólo a los que hablaban euskara (casi todos, no así en los de territorios baskones recuperados a los musulmanes), para, finalmente, con Sancho “el Sabio” llamar a todo el territorio Nabarra y nabarros a todos sus habitantes (sepan o no euskara), tal y como recogen grandes historiadores como Jimeno Jurio, Yaguas y Miranda o Ricardo Cierbide.
Poco después, en otro documento, se puede observar que el euskera o la “lingua navarrorum” no es sólo el idioma del pueblo, sino también el idioma de comunicación de su élite de gobernantes e incluso elevado a nivel internacional. En el laudo arbitral firmado en Londres y llamado “Division of Kingdons of Navarre and Spain” de 1177 entre el rey de Castilla Alfonso VIII y Sancho VI “el Sabio”, se dice, tal y como recoge Tomás Urzainqui en su libro “La Navarra Martítima”, que: “La lengua de la delegación nabarra es el euskara”. Al laudo de 1177 acudieron por Navarra Pedro de Artajona Obispo de Pamplona, 3 tenentes y 3 juristas, por tanto, de los más altos cargos del reino.
El historiador del rey de Castilla Alfonso VIII, Rodrigo Ximenez de Rada natural de Gares-Puente La Reina (finales del s. XII- principios del XIII), nos habla del vigor de la lengua nabarra: “También en la Navarra, llamada de otra manera cántabra, que comúnmente dezimos bascongada, la cual era su natural y materna lengua”.
La llegada al trono de Nabarra de reyes gascones y franceses (del siglo XIII en adelante), no parece que afectó al idioma nabarro en su uso social como veremos. Se podría pensar, sin embargo, que fue insuficiente su implantación como idioma administrativo cuando el latín va dejando paso a los idiomas romances, pero esto no parece atenerse a los hechos reales. Así, la utilización administrativa del euskera en el plano público se ve claramente en el Fuero General (equivalente a una Constitución moderna), vigente desde el siglo XIII, donde las diferentes pechas o impuestos tienen nombres en euskera que nos indican que el uso de esta lengua era la empleada en su recaudación por los funcionarios públicos del reino .
Es más, tal y como señala Tomás Urzainqui en su libro “Navarra, Estado europeo”: “El euskera lo hablaba como lengua principal la clase dirigente y no sólo la generalidad del pueblo, los altos cargos de la administración, los miembros del Consejo Real, de los Tribunales de Justicia, la Corte Mayor y audiencias reales, los vocales de la Cámara de Comptos, los escribanos reales o notarios”. Sigue en el citado libro Tomás Urzainqui: “Las cartas particulares que se cruzaron Zalba ya San Martín (en euskera), dos altos cargos en el gobierno del rey Carlos III El Noble, a principios del siglo XV, demuestra cual era la lengua empleada por la clase gobernante en el reino de Navarra, aunque los documentos oficiales o públicos estuvieran redactados en latín o lenguas romances”. Martín de San Martín era maestro de fianzas y secretario del rey, probablemente de la zona media. Matxin de Zalba era tesorero de la reina y secretario real, natural de Pamplona.
Desde el Imperio Romano se produjo una fuerte implantación como lengua escrita del latín en todo acto oficial, tanto en la administración como en la religión. Tras la caída del Imperio Romano Occidental se impuso en toda Europa la transmisión del latín como lengua de una elite frente al iletrado pueblo que no lo entendía. Pero en la Edad Media los romances euskaros, como lo eran el romance nabarro o el gascón-bearnés, fueron sustituyendo al latín en la administración dentro de nuestro reino. El euskera tuvo dificultades con la grafía al ser una lengua no latina -ni siquiera indoeuropea, siendo la única lengua nativa europea conservada-, pero no es una cuestión de relevancia, pues desde el siglo XVI es una lengua literaria, lo cual encaja con la cronología de los demás idiomas europeos no romances en esta cuestión.
La imprenta -empleada por primera vez en 1455 por Gutemberg-, llegó al País Vasco en 1489, pero hasta 1495 no se imprimió el primer libro en Pamplona cuando aún era libre. Su introducción y uso fue muy paulatino. En España, por ejemplo, la primera obra impresa fue "Sinodal de Aguilafuente" de 48 hojas del alemán Juan Párix de Heidelberg en 1472 en Segovia y el primer libro impreso en inglés fue “Recuyell of the Historyes of Troye”, elaborado en 1475.
Hasta entonces, casi todos los libros se publicaban en latín, después, gracias a la imprenta y el abaratamiento de costes que supuso (aunque en los primeros siglos seguían siendo muy caros), se pudo sacar la literatura de debajo de las sotanas. Pero todavía, por ejemplo, los filósofos Spinoza (Holanda 1632-77), Leibniz (Alemania 1646-76) o Hobbes (Inglaterra 1588-1679) y matemáticos y científicos como Copérnico (Polonia 1473-1543), Kepler (Alemania 1571-1630), Linneo (Suecia 1707-1778) o Newton (Inglaterra 1647-1727), escribieron sus obras en latín, pues consideraban sus lenguas vernáculas de plebeyos, irreductibles a las reglas gramaticales e inútiles para las ciencias. Así Inglaterra, por ejemplo, dejó de usar en sus tribunales el francés en 1362 por el inglés -durante la Guerra de los 100 años contra Francia-, hablado hasta entonces por el pueblo y menospreciado por su clase dirigente (cosa que no ocurrió en el reino de Nabarra).
Por tanto, la imprenta, la apertura de ideas del renacimiento y sobre todo la aparición del protestantismo que quería acercar la Biblia al Pueblo, hicieron que se empezara a escribir libros –sobre todo religiosos- en los idiomas no romances de los Pueblos con Estado propio, como era el caso euskera en la parte libre de su territorio, lo que se extendió después al resto de culturas minorizadas de la mano de la Contrarreforma de la Iglesia Católica (reacción tardía contra el protestantismo), como era el caso del euskera en la parte ocupada de la Nabarra peninsular.
El primer rey que tuvo Baja Navarra tras la invasión de todo su territorio peninsular fue el Albret o Labrit Enrique II “el sangüesino”, llamado así por haber nacido en esta villa: “Los Albret, señalaron que el primogénito sería criado en el idioma del reino de Navarra en la lengua de aquel (en euskera)”, Peio Esarte, historiador.
No es baladí observar que los primeros libros escritos en euskera sean dentro del reino de Nabarra que seguía libre en Baja Navarra y el Beárn, es decir, el Estado vasco o baskón amparó el nacimiento de la literatura vasca. Un bajo nabarro libre, el cura Bernard Etxepare escribió "Linguae vasconum primitiae", primer libro escrito en euskera, que vio la luz en 1545 y que contó con la ayuda financiera del rey de Nabarra Enrique II “el sangüesino”. Los primeros libros impresos en ruso e irlandés datan de 1564 y en eslavo de 1587. En albanés en 1555.
En 1571 el cura labortano de Beraskoitz Joanes Leizarraga por mandato de la reina nabarra Juana III de Albert (hija de Enrique II y Margarita de Valois o “de Nabarra”), tradujo el Nuevo Testamento al euskera. Tampoco es baladí constatar que reina y cura eran protestantes (calvinistas hugonotes tras abjurar de la religión católica en 1559). La primera Biblia y libro en alemán, por ejemplo, es del año 1522 traducida del griego por Lutero, en realidad, como en el caso de Leizarraga, sólo tradujo el Nuevo Testamento. La primera Biblia al francés la mandó publicar pocos años antes Margarita de Valois hermana del rey de Francia Francisco I y reina de Nabarra al estar casada con Enrique II “el sangüesino”. Lo hizo desde su Corte en Nerán, cuna del renacimiento junto a Florencia según comentaba incluso el escritor William Shakespeare. Margarita “de Nabarra” fue la primera mujer renacentista.
El historiador por Cambridge y Oxford y gran conocedor de la época Jon Oria Oses (Lizarra-Estella 1931) comenta al respecto: “La obra de Detxepare prueba que el euskara, y no el francés o el español, era la lingua navarrorum para la corte humanística de Nerac (capital de Albret a donde habían tenido que huir los reyes de Nabarra tras la invasión de 1512, ciudad cortesana compartida con Pau en el Beárn), lo cual se corroborará de nuevo con la primera traducción a la lengua vernácula del Nuevo Testamento por Joanes Leizarraga durante el reinado de la hija de Margarita, Juana de Labrit.Debe reconocerse que la impulsora del movimiento vasco dentro del Reino de Navarra fue Margarita, al atraer a multitud de humanistas a su Corte, ya que el movimiento renacentista no sólo promovió el retorno a las fuentes clásicas del arte y de la literatura europea, Grecia y Roma, sino también el desarrollo de las lenguas indígenas para expresarse creativamente; en nuestro caso fue el euskara, aunque se nos hayan perdido la mayoría de los manuscritos y textos”.
Aunque reducido al principio al campo religioso, la escuela de Sara (Lapurdi) supuso el primer movimiento literario importante y vital para el euskera en pleno siglo XVII. Los curas de Sara, Donibane Lohitzune (San Juan de Luz) y Ziburu, bajo el amparo que les daba el rey Enrique III “el bearnés” (nieto de Enrique II e hijo de Juana II), rey de Nabarra y después también Francia (donde era llamando “el nabarro”), se juntaban en un convento franciscano para criticarse mutuamente los trabajos que escribían antes de publicarlos, formando un círculo de autores que trabajó en estrecha colaboración. En torno a esta escuela, se agruparon hombres tan capaces como Pedro Agerre Azpilikueta “Axular”, autor de la obra cumbre en euskera “Gero” (1643), que tuvo que conseguir el permiso explícito de ejercer la labor sacerdotal de Enrique III de Nabarra por quedar su pueblo Urdax en la parte invadida por España en 1512, con el argumento por parte del rey de que el reducido reino era de todos los nabarros.
Etienne Materre, franciscano, francés y euskaldun-berri, escribió “Doctrina Cristiana” en 1617, primer libro en prosa en euskera y coincidiendo casi con la ocupación militar francesa de Luis XIII de las “Cortes” nabarras de Donapaleu y las bearnesas de Pau, que las integró por la fuerza en Francia, y que cortó de raíz y en breve plazo el euskera literario. Por tanto, la pérdida definitiva del reino de Nabarra provocó un parón de siglos en la publicación de libros en euskera, los cuales se pueden contar con los dedos de las manos frente al gran número y materias iniciales que abarcaron hasta libros científicos hoy perdidos (como el escrito por el zuberotarra Jackes Bela), lo que alejará al idioma nabarro del mundo literario y científico. Es más, durante la Revolución Francesa (1789), los 90 libros escritos hasta entonces en euskera fueron quemados y muchos no han podido ser recuperados.
Antes de la conquista del reino de Nabarra, la situación del euskera poco tenía que ver con la posterior omisión permanente o incluso desprecio de las clases dirigentes llegadas con el duque de Alba (hasta el presente) y sobre todo el constante ataque hacia la “lingua navarrorum”, sirva como resumen este entresacado al respecto de las zonas bilingües del reino nabarro del libro “El euskera en Navarra” del gran historiador de Artajona Jimeno Jurio: “Podemos afirmar que la Ribera de Alta Navarra, de Alaba y de Aragón limítrofe a éstas, pasaron por ciclos proto-vasco, vasco-céltico, vasco-latino, vasco-árabe y vasco-románico desde los siglos IX-X hasta nuestros días (los godos apenas tuvieron repercusión en el complejo idiomático de la comarca). En este último ciclo, el vasco-románico, también hay que hacer dos distinciones: un primer ciclo vasco-romance medieval marcado por el respecto y el mestizaje vasco romance navarro con mozárabe, y un segundo ciclo a partir del siglo XVI con la pérdida del reino navarro, donde el euskera, el idioma propiamente navarro, es menospreciado y apartado de la vida social por el idioma de conquistador: el castellano.”
La opinión de Julio Caro Baroja acerca de la frontera de los territorios de habla euskérica en la Edad Media es que es la misma que en el año 1587, siglo XVI en el que fue totalmente invadido el reino baskón de Nabarra en su territorio peninsular y donde comienza un nuevo retroceso del euskera. El historiador ronkalés Estornés Lasa en su libro “Lo que No nos enseñaron”, señalaba cómo en ese año 1587, según un documento de la Diócesis de Pamplona que se conserva en el Seminario de Vitoria y hecho público por Manuel Lekuona, que los pueblos que vivían en euskera en Alta Navarra eran 451 frente a los 58 romanzados. De éstos, la mayoría cuando no todos, en realidad eran bilingües. Así, el vicario de Sangüesa y Lumbier, el licenciado Lubián en el siglo XVI escribía significativamente: “no hay ningún lugar ni Ciudad nin villa en este Reyno en que no haya baskongados (en su significado histórico de vasco-parlantes o euskaldunes)”, incluido el Sur. El gipuzkoano e historiador del rey español Felipe II, el mondragonés Esteban de Garibay (s. XVII), llamó al euskera lengua navarra.
Es revelador de la presencia del euskara en el sur del reino de Nabarra el texto judicial de un pleito que en 1540 describe el comentario del agricultor Pedro Petillas sobre el veterinario zamorano que trabajaba en la capital Ribera (Tudela): “no se hablar ni entiende vascuence porque es natural castellano (…) por no entender suele buscar un intérprete y que en ello pasa trabajo y que le vendría muy bien saber hablar vascuence para recibir a los que va a su casa”, en ese mismo texto judicial se afirma que el euskara en la Ribera es “la lengua de la tierra”.
El político y ministro del interior del último Gobierno Vasco libre, Telésforo Monzón, sentenciaba: «Resulta ridículo e indignante oír hablar de que Nafarroa... ya vendrá, ya se incorporará, ya se sumará a las instituciones vascongadas. Nafarroa no tiene por qué venir a ninguna parte, ni incorporarse a nada, ni sumarse a nadie. A Nafarroa le corresponde estar y ser (Egon eta Izan). Nafarroa es Nafarroa. Nafarroa comienza en las playas del Cantábrico, que es el mar de Nafarroa. Nuestra lengua es la "Lingua Navarrorum". El arrano beltza da sombra a todos los vascos de la tierra. Iruña es la capital de Euskal Herria entera. Una sola consigna suprema, un solo grito por encima de todos los otros: Gora Nafarroa Batua!».
“La cultura y folklore vascos están también en riesgo de desaparición. Si la región vasca continúa siendo un apéndice de España (Francia), es muy probable que se desvanezca completamente. ¿Cuál es la única fórmula que puede salvarlo? Un Estado vasco, en el que todas sus instituciones de autogobierno – la burocracia, el sistema educativo, los medios de comunicación – sean puestos a su servicio”. Hillel Halkin, THE JERUSALEM POST 10 Feb. 2005

AMALURRA AMARI MARI ANBOTOKO DAMA (LA DIOSA VASCA)

Una realidad oculta, Bizkaia fue Navarra hasta el siglo XIII, época en la que fue conquistada por Castilla.

Una realidad oculta, Bizkaia fue Navarra hasta el siglo XIII, época en la que fue conquistada por Castilla.

"Pro libertate patria gens libera state".

Descripción

"YO he decidido que soy navarro...

Cuando alguien me pregunta de donde soy, yo le respondo de Nabarra. La siguiente pregunta cae por naturaleza y siempre suele ser ¿ de que parte de Navarra?, Yo contesto: de BILBAO/BILBO e inmediatamente comienza a cambiar el rostro de mi interlocutor y la extrañeza se manifiesta cuando me responde, ah eres de navarra y vives en BILBAO/BILBO, No, le respondo, soy de BILBAO/BILBO y mi país es Navarra.

No es nada complicado advertir que mi amigo, no entiende nada de lo que estoy hablando.

Estas reacciones cuando algunos hablamos de Navarra Nabarra, Nafarroa.. en los términos de nación, son de todo normales y entendibles, el que les habla también ha estado en esta fase de desconocimiento de nuestra historia. Es lo que ahora conocemos como “ el síndrome del colonizado”.

Yo soy Navarro primero, por que me da la gana, soy libre para sentir, nadie puede mandar en mis sentimientos, es lo único nuestro que nos queda, nuestra mente y nuestro corazón, y yo como muestra de rebeldía permanente, me niego a sentir la patria española o francesa, por que no me da la gana.
Soy Navarro de la nación de Nabarra, porque soy independentista y gracias a la historia y al rango de Estado que conlleva la palabra Navarra, es la herramienta que le ha faltado a este pueblo en estos 200 últimos años, para acceder a la libertad y la estatalidad.

Soy Navarro porque solo consiguiendo la re instauración del estado de Nabarra, podremos empezar a construir esa sociedad justa e igualitaria que muchos siempre hemos soñado. Donde la propiedad comunal y el bien general sea piedra angular del nuevo estado. Un estado donde la justicia persiga la mentira, el robo y la corrupción. Donde la cultura humanista se imponga a la capitalista y pasemos de una cultura consumista a una cultura conservacionista.

Soy Navarro porque quiero vivir en Euskera y esta necesidad que cada vez se manifiesta más vital, resulta totalmente imposible de conseguir, si no tenemos un estado que defienda y oficialice en su termino más absoluto, el Euskera como lengua de la nación Navarra..LENGUA NAVARRORUM...

Soy Navarro porque quiero vivir y conocer la democracia, ese sistema tan alabado por los poderosos y admitido con sumisión por los desheredados. Saber que se siente al participar realmente en la gestión de mi nación. Participando desde el comienzo en el control de mi estado e implicándome en su viabilidad.

Soy Navarro porque creo en una nueva sociedad, y soy consciente que jamás podremos conseguir un cambio realmente social, mientras pertenezcamos y sigamos sometidos por los estados ocupantes.

Solo la libertad nos permitirá ser dueños de nuestro economía, de nuestros recursos naturales, de nuestros recursos financieros, de nuestra agricultura, pesca e industria. Ser dueños de nuestros sistemas públicos sanitarios, de nuestros sistemas educativos propios, poder decidir como queremos vivir.
Un nuevo estado diseñado, desde el primer punto de nuestra constitución por el pueblo, desde la casa, desde el concejo, desde el valle, desde la merindad y desde las cortes de Navarra.

Ser Navarro es querer recuperar las instituciones propias que las conquistas nos aniquilaron ,volver a reunir a nuestros Batzarres, volver a instaurar los Infanzones de Obanos, nuestras cortes, nuestra milenaria democracia nuestra Auzocracia

Soy Navarro porque no quiero que nadie acabe como mi deseo de sentir la libertad y poder conseguir vivir, siendo euskaldun, en una tierra euskaldun y en un estado euskaldun.

GORA NABARRA!!
GORA NAFARROA OSOA!!
GORA EUSKAL HERRIA!!
GORA VASCONIA!!
FREEDOM FOR NAVARRE!!!

LOS PRIMEROS ESTADOS VASCOS

LOS PRIMEROS ESTADOS VASCOS


Aitzol Altuna Enzunza


No fueron el romano o el griego los primeros Estados europeos. Del mismo modo que las grandes pirámides de Egipto nos hablan de grandes civilizaciones y por tanto de Estados (pues sin Estados no hay civilizaciones), los círculos de piedras que conforman Stonehenge o los monumentos de Carnac (Morbihan, Bretaña), nos estarían hablando de estructuras sociales más desarrolladas, de clases sociales, religiones con una casta sacerdotal, constructores y beneficiados de esos trabajos, es decir, de los primeros Estados europeos en el sentido que aquí se relata. Lo mismo cabe decir de la cultura que entre el valle de Leitzaran (Gipuzkoa, frontera baskones y bardulos) y Andorra crean a los dos lados del Pirineo donde se han encontrado alrededor de 1.104 crónlech, que por su tipología (círculos de 3 a 6 metros de diámetro, a veces de forma radial) y cronología (1000 a.C. al año 1) no se parecen a ningún otro crónlech del mundo.

Se haya en 413 conjuntos, de los cuales 291 están en Euskal Herria sobre todo en Alta Navarra y más aún en Baja Navarra en proporción a su territorio.

A la llegada de los romanos en el siglo II a.C. sus cronistas cuentan que en el sur aquitano, hasta los Pirineos, gobernaba el rey Pisón (rey por tanto de la tribu vasca de los que habitarían el territorio de los crónlech), citado por Julio César como nieto de un rey aquitano aliado de Roma (Bello Gallico III, 12,4).
La batalla definitiva por el territorio tuvo lugar en Sos de Albert en el 56 a. C. (cerca de Mont Marsan), a la sazón lugarteniente de Julio César, con 6.000 hombres de infantería y una fuerza de caballería importante, fue el vencedor frente al jefe aquitano Adietuanus que se rindió con sus mejores 600 hombres. Existen monedas aquitanas con el nombre "Rex Adietuanus", con una loba en el reverso, símbolo de la conquista romana (la loba que amamantó a Rómulo y Remo, fundadores de Roma). En la batalla Julio César dice que los aquitanos tuvieron la ayuda de los "cántabros", en este caso, se refiere sin duda a otras tribus vascas del sur de los Pirineos.

De una estructuración social importante (quizás no de un Estado), nos habla la existencia paralela en el tiempo a los cromlech baskones de al menos 72 castros vascos amurallados y prestos para la defensa del territorio vasco desde el neolítico (5.000 a.C. hasta la llegada de los romanos). Castros autónomos en recursos naturales, pastoriles y agrícolas pero no exentos de comercio entre ellos y con otros pueblos, todos ellos en las actuales provincias occidentales de Bizkaia, Gipuzkoa y norte de Alaba, pero también en el norte de Lapurdi, Baja Nabarra y Zuberoa, a imitación de los que hacían sus vecinos celtas, astures y cántabros.

800-700 a.C. clima igual actual, época donde se han datado las primeras talas de bosques para el pastoreo:
“A lo largo de los siglos IX y VIII a.C. tendrán lugar en Europa una serie de transformaciones de gran calado. P.Brun (1987) recoge tres de los hechos que revelarían estos cambios, el aumento numérico y de tamaño de los poblados, la tendencia a la jerarquización social con la aparición de la aristocracia guerrera con posible estatus hereditario y el desarrollo de la metalurgia del hierro que facilitaría la autarquía de las comunidades. Todo ello generaría una competencia entre las distintas élites, lo que quedará documentado tanto en los poblados como en las necrópolis”. Xabier Peñalver “Los vascones y sus vecinos”.

Son los primeros poblados en altura frente a los anteriores en espacios abiertos que empiezan a acumular necrópolis con cámaras muy ricas, junto con un aumento de la alfarería y de a orfebrería y la circulación de las mercancías de gran importancia entre el mediterráneo, Europa Central y Europa hiperbólica, como el bronce, el ámbar, el oro, el vidrio o la sal) que surge desde el área alpina oriental, conocida como época hallstática (primera Edad de hierro).
En Baskonia sobre el s. XV a.C, Bronce medio-final, aparecen los primeros asentamientos y poblados fortificados como el de la Hoya (Biasteri-Laguardia), Henaio (Alegria-Dulantzi), Berbeia (Barrio), y en el Alta Navarra en el Alto de la Cruz (Cortes) o en Fitero

Segunda Edad de Hierro o La Tené (comarca Suiza), s. V a.C..Sobre el año 150 al 50 a.C. se produce un cambio radical en la política, social y económica, se fortalecen relaciones y aparecen grandes centros urbanos amurallados, los “oppida”. Se sitúan cerca de la materia prima en altos que controlan los valles y se de una especialización económica. Ejemplos de esta época son: el Castro de la Lastra (Karanka, Alaba), El Castillar, Berreaga (Bizkaia, Mungia), Basagain (Anoeta, Gipuzkoa), Intxur (Albistur-Tolosa), y Munoaundi (Azkoitia-Azpeitia). En la ribera del Ebro se observa una “celtiberización” o invasión.

De los 307 poblados hallados hasta el momento en Euskal Herria anteriores a la invasión romana, 73 están en la vertiente atlántica y 234 en la mediterránea.

“La forma de ocupar el territorio, la estructuración interior de los poblados y sus sistemas defensivos, entro otras cosas, nos hace pensar en la existencia de un considerable estado de organización social dentro de la poblaciones que habitaban en esta parte de Europa durante el primer milenio anterior a nuestra Era” X. Peñalver “Los vascones y sus vecinos”.

Estado de Nabarra, País Baskón:

Era desde su inicio un Estado, pues cumplía todas las condiciones para serlo. En sus últimos años en libertad, siglos XVI-XVII, el Estado moderno vasco de Nabarra, que se mantiene en Baja Navarra unido al Beárn, y da cobijo a grandes genios de las artes, antes de ser sometido por el imperialismo español y francés.

En el reino de Navarra las Cortes datan del siglo XI y sus Fueros son incluso anteriores (leyes consuetudinarias equivalentes a la Carta Magna o a una Constitución) fueron escritas probablemente ya con Sancho VI el Sabio a finales del siglo XII (aunque se conserva el Fuero mandado escribir por Teobaldo I al principio del siglo XIII), se fundamentan en la costumbre como base del derecho, a diferencia del derecho latino de Castilla por ejemplo.

Castilla en el siglo XVI era un Estado Feudal totalitario, sin archivos ni documentación central, cosa que sí ocurría en el Estado de Nabarra desde 1250. Navarra era un Estado mucho mejor gobernado que Castilla en cuanto a la eficiencia de sus recursos se refiere, con lo que la conquista castellano-aragonesa sólo pudo mermar la capacidad económica y administrativa del viejo reino.

Tomás Urzainqui comenta que “Todavía algunos recién licenciados en Historia por la Universidad española (estatal o privada) suelen afirmar con vehemencia que ‘‘la soberanía pertenecía a los reyes hasta que la revolución francesa en 1789 se la dio a la nación o pueblo’’, pues con este interesado ‘‘dogma’’ les han querido enseñar a matar dos pájaros de un tiro: 1) ‘‘que tanto la nación como la soberanía no existían antes de dicha fecha’’ y 2) ‘‘que por ello los vascos nunca han tenido ni nación ni soberanía’’.

Mientras que el concepto de nación ya aparece en el siglo VI, otra cosa muy distinta es que exista una conexión entre la idea de nacionalidad tal como se entendió en los siglos XVI al XVIII y la idea de soberanía popular ligada a los cambios de 1789.

Aunque al menos desde Rousseau se da por sentado que la soberanía radica en el pueblo; ello no significa que con anterioridad no existiera soberanía. Es en la cultura greco-latina donde primero en las ciudades Estado y luego en el Estado romano hallamos la concepción de que los ciudadanos pertenecen a la ciudad o Estado, el cual es gobernado por sus representantes.

A partir de que la religión oficial del Estado romano es reemplazada por el cristianismo se desarrolla la dicotomía entre el poder espiritual y el poder temporal, que desembocará en el papado y los reinos europeos.

Las palabras ‘‘soberanía’’ y ‘‘soberano’’ eran utilizadas desde la mitad del siglo XII por los juristas europeos, con el sentido de ‘‘super omnia’’ y ‘‘superior non recognoscendum’’. En las Leyes que figuran en las primeras redacciones de lo que luego se llamará Fuero General, época de Sancho VI el Sabio y Sancho VII el Fuerte figura: ‘‘fuero que ha el rey de Navarra con todos sus navarros y los navarros con el Rey’’.
El juramento de los reyes de Navarra de 1234 mantiene viva la idea de que las cosas juradas no eran concesiones o privilegios revocables, sino que formaban parte de la misma Constitución política del Reino. Las Leyes están por encima del Rey. Los estamentos de las Cortes tienen clara conciencia de que actúan en nombre de ‘‘todo el pueblo de Navarra’’ o de ‘‘todo el pueblo del regno de Navarra’’. En el axioma de las Juntas de Infanzones ‘‘pro libertate patria gens libera state’’ se recoge la constitucionalización del principio de que las libertades públicas y privadas son imprescindibles para la libertad de la nación.

En ninguna otra monarquía europea habían logrado los ‘‘estados generales’’ imponer a la Corona el juramento de las leyes y la reparación de agravios como requisito previo a la investidura real (también con el padre de Sancho VI, García Ramírez el Restaurador, 1134-1150, elegido por una Junta de infanzones contra la voluntad del anterior rey). Si se compara esto con lo que se hacía en Inglaterra en 1258 se notará la enorme ventaja que tienen los navarros en su esfuerzo para someter a los reyes al imperio de la Ley.

En el Proemio del Fuero Reducido de 1528 y en el Preámbulo del Fuero de Beárne de 1551 promulgado por Enrique II de Navarra, se percibe el sentido republicano de la elección del rey, cuya figura queda supeditada a las libertades. El ejercicio del poder en Navarra era objeto de un contrato entre el Soberano y las Cortes o Estados Generales, mientras el absolutismo triunfante en Francia y España suponía la organización de un poder político férreamente sometido al control exclusivo del Rey y de sus funcionarios.

La existencia de ‘‘un pacto mutuo entre el rey y los ciudadanos’’, es denominado por la teoría política europea como sistema ‘‘monarcomaco’’, este régimen representaba la negación del absolutismo. Para ellos la vida política del país se regía por un doble contrato: uno entre el príncipe y su pueblo, y otro entre el pueblo y la asamblea encargada de representarle; en los dos casos la base del contrato era el respeto de las Leyes constitucionales.

Estas ideas políticas se encuentran en el funcionamiento de las instituciones y estados generales de los países del Estado pirenaico de Navarra-Beárne-Foix-Labrit (incluidos Bigorra, Coserans, Comminges, Domezan, Armagnac, Andorra, etc.) al menos de 1481 a 1620, prolongándose con dificultades hasta 1789, consiguiendo mientras tanto triunfar definitivamente en los Países Bajos e Inglaterra durante los siglos XVI y XVII.

Los poderes autoritarios e imperialistas, de los que forman parte los Estados gran-nacionales español y francés, aún tras 1789, sedicentemente liberales, no han inventado ni el Estado, ni la nación, ni la soberanía ni la democracia, sino más bien todo lo contrario han envilecido y embrutecido estas magnas construcciones del genio humano. Ingenuidad suprema es dar por buena la descarada falsificación camufladora del poder, ejercido de forma autoritaria, que han hecho los Estados gran-nacionales.”

Navarra se constituyó por aquella época como un Estado, con todos los requisitos para serlo. García Ramírez, "el Restaurador", y Sancho VI el Sabio le dieron su configuración más avanzada en el siglo XII, dotándole de una administración moderna para su época. Consiguieron controlar a los señores feudales, que participaban en sus Cortes presididas por el rey, lo que les permitía actuar como “soberanos” en su territorio, pero existía la dualidad soberano (gobierno)-pueblo.

Sin embargo los reyes navarros rompieron con el poder de la Iglesia, que acabó por excomulgarlos. Pero Navarra era una excepción, como dice Urzainqui: “(…) en el Estado navarro, donde legalmente el Reino compartía la soberanía con el Rey. El Reino estaba encarnado en las Cortes, que a su vez se constituían con los representantes de las universidades (comunidad vecinales o villas), los militares (nobleza) y los eclesiásticos.”.

“Pro libertate Patria, gens libera state” de los infanzones de Obanos, que se puede traducir como: “Por la libertad de la Patria, el pueblo sea libre”, junto con la ley de “Alzar al rey” o acuerdo previo entre el soberano y los infanzones junto con otras disposiciones, demuestran el equilibrio del poder del rey y el del pueblo en el Estado de Navarra.

“Fue el hecho de que el Estado navarro fuese un estado moderno, «con una sociedad políticamente cohesionada y unas instituciones solidas, lo que obligó a los conquistadores a tener que soportar, muy a su pesar, la existencia de un sistema jurídico, político y social mucho más avanzado y desarrollado que el suyo propio». De ahí, el funcionamiento actual de «residuos» institucionales pertenecientes al Estado navarro.

Como dejó escrito Joxe Azurmendi: “No tenemos Imperio y así está bien. Lo nuestro es la libertad”.

Se haya en 413 conjuntos, de los cuales 291 están en Euskal Herria sobre todo en Alta Navarra y más aún en Baja Navarra en proporción a su territorio.
A la llegada de los romanos en el siglo II a.C. sus cronistas cuentan que en el sur aquitano, hasta los Pirineos, gobernaba el rey Pisón (rey por tanto de la tribu vasca de los que habitarían el territorio de los crónlech), citado por Julio César como nieto de un rey aquitano aliado de Roma (Bello Gallico III, 12,4).La batalla definitiva por el territorio tuvo lugar en Sos de Albert en el 56 a. C. (cerca de Mont Marsan), a la sazón lugarteniente de Julio César, con 6.000 hombres de infantería y una fuerza de caballería importante, fue el vencedor frente al jefe aquitano Adietuanus que se rindió con sus mejores 600 hombres. Existen monedas aquitanas con el nombre "Rex Adietuanus", con una loba en el reverso, símbolo de la conquista romana (la loba que amamantó a Rómulo y Remo, fundadores de Roma). En la batalla Julio César dice que los aquitanos tuvieron la ayuda de los "cántabros", en este caso, se refiere sin duda a otras tribus vascas del sur de los Pirineos.
De una estructuración social importante (quizás no de un Estado), nos habla la existencia paralela en el tiempo a los cromlech baskones de al menos 72 castros vascos amurallados y prestos para la defensa del territorio vasco desde el neolítico (5.000 a.C. hasta la llegada de los romanos). Castros autónomos en recursos naturales, pastoriles y agrícolas pero no exentos de comercio entre ellos y con otros pueblos, todos ellos en las actuales provincias occidentales de Bizkaia, Gipuzkoa y norte de Alaba, pero también en el norte de Lapurdi, Baja Nabarra y Zuberoa, a imitación de los que hacían sus vecinos celtas, astures y cántabros.
800-700 a.C. clima igual actual, época donde se han datado las primeras talas de bosques para el pastoreo:“A lo largo de los siglos IX y VIII a.C. tendrán lugar en Europa una serie de transformaciones de gran calado. P.Brun (1987) recoge tres de los hechos que revelarían estos cambios, el aumento numérico y de tamaño de los poblados, la tendencia a la jerarquización social con la aparición de la aristocracia guerrera con posible estatus hereditario y el desarrollo de la metalurgia del hierro que facilitaría la autarquía de las comunidades. Todo ello generaría una competencia entre las distintas élites, lo que quedará documentado tanto en los poblados como en las necrópolis”. Xabier Peñalver “Los vascones y sus vecinos”.
Son los primeros poblados en altura frente a los anteriores en espacios abiertos que empiezan a acumular necrópolis con cámaras muy ricas, junto con un aumento de la alfarería y de a orfebrería y la circulación de las mercancías de gran importancia entre el mediterráneo, Europa Central y Europa hiperbólica, como el bronce, el ámbar, el oro, el vidrio o la sal) que surge desde el área alpina oriental, conocida como época hallstática (primera Edad de hierro).En Baskonia sobre el s. XV a.C, Bronce medio-final, aparecen los primeros asentamientos y poblados fortificados como el de la Hoya (Biasteri-Laguardia), Henaio (Alegria-Dulantzi), Berbeia (Barrio), y en el Alta Navarra en el Alto de la Cruz (Cortes) o en Fitero
Segunda Edad de Hierro o La Tené (comarca Suiza), s. V a.C..Sobre el año 150 al 50 a.C. se produce un cambio radical en la política, social y económica, se fortalecen relaciones y aparecen grandes centros urbanos amurallados, los “oppida”. Se sitúan cerca de la materia prima en altos que controlan los valles y se de una especialización económica. Ejemplos de esta época son: el Castro de la Lastra (Karanka, Alaba), El Castillar, Berreaga (Bizkaia, Mungia), Basagain (Anoeta, Gipuzkoa), Intxur (Albistur-Tolosa), y Munoaundi (Azkoitia-Azpeitia). En la ribera del Ebro se observa una “celtiberización” o invasión.
De los 307 poblados hallados hasta el momento en Euskal Herria anteriores a la invasión romana, 73 están en la vertiente atlántica y 234 en la mediterránea.
“La forma de ocupar el territorio, la estructuración interior de los poblados y sus sistemas defensivos, entro otras cosas, nos hace pensar en la existencia de un considerable estado de organización social dentro de la poblaciones que habitaban en esta parte de Europa durante el primer milenio anterior a nuestra Era” X. Peñalver “Los vascones y sus vecinos”.
Estado de Nabarra, País Baskón:
Era desde su inicio un Estado, pues cumplía todas las condiciones para serlo. En sus últimos años en libertad, siglos XVI-XVII, el Estado moderno vasco de Nabarra, que se mantiene en Baja Navarra unido al Beárn, y da cobijo a grandes genios de las artes, antes de ser sometido por el imperialismo español y francés.
En el reino de Navarra las Cortes datan del siglo XI y sus Fueros son incluso anteriores (leyes consuetudinarias equivalentes a la Carta Magna o a una Constitución) fueron escritas probablemente ya con Sancho VI el Sabio a finales del siglo XII (aunque se conserva el Fuero mandado escribir por Teobaldo I al principio del siglo XIII), se fundamentan en la costumbre como base del derecho, a diferencia del derecho latino de Castilla por ejemplo.
Castilla en el siglo XVI era un Estado Feudal totalitario, sin archivos ni documentación central, cosa que sí ocurría en el Estado de Nabarra desde 1250. Navarra era un Estado mucho mejor gobernado que Castilla en cuanto a la eficiencia de sus recursos se refiere, con lo que la conquista castellano-aragonesa sólo pudo mermar la capacidad económica y administrativa del viejo reino.
Tomás Urzainqui comenta que “Todavía algunos recién licenciados en Historia por la Universidad española (estatal o privada) suelen afirmar con vehemencia que ‘‘la soberanía pertenecía a los reyes hasta que la revolución francesa en 1789 se la dio a la nación o pueblo’’, pues con este interesado ‘‘dogma’’ les han querido enseñar a matar dos pájaros de un tiro: 1) ‘‘que tanto la nación como la soberanía no existían antes de dicha fecha’’ y 2) ‘‘que por ello los vascos nunca han tenido ni nación ni soberanía’’.
Mientras que el concepto de nación ya aparece en el siglo VI, otra cosa muy distinta es que exista una conexión entre la idea de nacionalidad tal como se entendió en los siglos XVI al XVIII y la idea de soberanía popular ligada a los cambios de 1789.
Aunque al menos desde Rousseau se da por sentado que la soberanía radica en el pueblo; ello no significa que con anterioridad no existiera soberanía. Es en la cultura greco-latina donde primero en las ciudades Estado y luego en el Estado romano hallamos la concepción de que los ciudadanos pertenecen a la ciudad o Estado, el cual es gobernado por sus representantes.
A partir de que la religión oficial del Estado romano es reemplazada por el cristianismo se desarrolla la dicotomía entre el poder espiritual y el poder temporal, que desembocará en el papado y los reinos europeos.
Las palabras ‘‘soberanía’’ y ‘‘soberano’’ eran utilizadas desde la mitad del siglo XII por los juristas europeos, con el sentido de ‘‘super omnia’’ y ‘‘superior non recognoscendum’’. En las Leyes que figuran en las primeras redacciones de lo que luego se llamará Fuero General, época de Sancho VI el Sabio y Sancho VII el Fuerte figura: ‘‘fuero que ha el rey de Navarra con todos sus navarros y los navarros con el Rey’’.El juramento de los reyes de Navarra de 1234 mantiene viva la idea de que las cosas juradas no eran concesiones o privilegios revocables, sino que formaban parte de la misma Constitución política del Reino. Las Leyes están por encima del Rey. Los estamentos de las Cortes tienen clara conciencia de que actúan en nombre de ‘‘todo el pueblo de Navarra’’ o de ‘‘todo el pueblo del regno de Navarra’’. En el axioma de las Juntas de Infanzones ‘‘pro libertate patria gens libera state’’ se recoge la constitucionalización del principio de que las libertades públicas y privadas son imprescindibles para la libertad de la nación.
En ninguna otra monarquía europea habían logrado los ‘‘estados generales’’ imponer a la Corona el juramento de las leyes y la reparación de agravios como requisito previo a la investidura real (también con el padre de Sancho VI, García Ramírez el Restaurador, 1134-1150, elegido por una Junta de infanzones contra la voluntad del anterior rey). Si se compara esto con lo que se hacía en Inglaterra en 1258 se notará la enorme ventaja que tienen los navarros en su esfuerzo para someter a los reyes al imperio de la Ley.
En el Proemio del Fuero Reducido de 1528 y en el Preámbulo del Fuero de Beárne de 1551 promulgado por Enrique II de Navarra, se percibe el sentido republicano de la elección del rey, cuya figura queda supeditada a las libertades. El ejercicio del poder en Navarra era objeto de un contrato entre el Soberano y las Cortes o Estados Generales, mientras el absolutismo triunfante en Francia y España suponía la organización de un poder político férreamente sometido al control exclusivo del Rey y de sus funcionarios.
La existencia de ‘‘un pacto mutuo entre el rey y los ciudadanos’’, es denominado por la teoría política europea como sistema ‘‘monarcomaco’’, este régimen representaba la negación del absolutismo. Para ellos la vida política del país se regía por un doble contrato: uno entre el príncipe y su pueblo, y otro entre el pueblo y la asamblea encargada de representarle; en los dos casos la base del contrato era el respeto de las Leyes constitucionales.
Estas ideas políticas se encuentran en el funcionamiento de las instituciones y estados generales de los países del Estado pirenaico de Navarra-Beárne-Foix-Labrit (incluidos Bigorra, Coserans, Comminges, Domezan, Armagnac, Andorra, etc.) al menos de 1481 a 1620, prolongándose con dificultades hasta 1789, consiguiendo mientras tanto triunfar definitivamente en los Países Bajos e Inglaterra durante los siglos XVI y XVII.
Los poderes autoritarios e imperialistas, de los que forman parte los Estados gran-nacionales español y francés, aún tras 1789, sedicentemente liberales, no han inventado ni el Estado, ni la nación, ni la soberanía ni la democracia, sino más bien todo lo contrario han envilecido y embrutecido estas magnas construcciones del genio humano. Ingenuidad suprema es dar por buena la descarada falsificación camufladora del poder, ejercido de forma autoritaria, que han hecho los Estados gran-nacionales.”
Navarra se constituyó por aquella época como un Estado, con todos los requisitos para serlo. García Ramírez, "el Restaurador", y Sancho VI el Sabio le dieron su configuración más avanzada en el siglo XII, dotándole de una administración moderna para su época. Consiguieron controlar a los señores feudales, que participaban en sus Cortes presididas por el rey, lo que les permitía actuar como “soberanos” en su territorio, pero existía la dualidad soberano (gobierno)-pueblo.
Sin embargo los reyes navarros rompieron con el poder de la Iglesia, que acabó por excomulgarlos. Pero Navarra era una excepción, como dice Urzainqui: “(…) en el Estado navarro, donde legalmente el Reino compartía la soberanía con el Rey. El Reino estaba encarnado en las Cortes, que a su vez se constituían con los representantes de las universidades (comunidad vecinales o villas), los militares (nobleza) y los eclesiásticos.”.
“Pro libertate Patria, gens libera state” de los infanzones de Obanos, que se puede traducir como: “Por la libertad de la Patria, el pueblo sea libre”, junto con la ley de “Alzar al rey” o acuerdo previo entre el soberano y los infanzones junto con otras disposiciones, demuestran el equilibrio del poder del rey y el del pueblo en el Estado de Navarra.
“Fue el hecho de que el Estado navarro fuese un estado moderno, «con una sociedad políticamente cohesionada y unas instituciones solidas, lo que obligó a los conquistadores a tener que soportar, muy a su pesar, la existencia de un sistema jurídico, político y social mucho más avanzado y desarrollado que el suyo propio». De ahí, el funcionamiento actual de «residuos» institucionales pertenecientes al Estado navarro.
Como dejó escrito Joxe Azurmendi: “No tenemos Imperio y así está bien. Lo nuestro es la libertad”.